Querida familia, igual que en la física, cada acción que realizamos, genera una reacción... que regresa a nosotros, de igual manera y a veces con mucha más intensidad. ¡Cosechamos lo que sembramos!
Enfrentemos nuestras tentaciones y venzámoslas, con la ayuda de Dios.
Comprendamos que manteniendo nuestros corazones abiertos, al servicio de nuestro prójimo, recibiremos bienestar y abundancia verdadera.
Oración:
Señor, gracias por indicarme tan claramente el camino para poder alcanzar la dicha y la alegría, que me hará saltar de contento por toda la eternidad. Guía mi oración para que, en este día, me oriente hacia mi meta final. Amén.
Tengamos nuestra atención centrada en la paz de nuestras almas. En estos tiempos azarosos, dirijámonos al interior de nuestro espíritu. Al mantener centrada nuestra atención en la sabiduría divina, llevaremos a cabo las tareas diarias, con gozo y aplomo. Si necesitamos tomar una decisión, no actuemos impulsiva o apresuradamente. Contrariamente, esperemos pacientemente la guía de Dios, inmersa en nosotros mismos. Feliz día.
Dios nos bendiga, ampare y favorezca, infinitamente y nos acompañe siempre.