La contraofensiva del petróleo
Por: Douglas Bolívar
Arranca el mes de junio con una noticia en alto: el
retorno institucional de Venezuela a Aruba tras cuatro años de interrupción de
intercambio comercial. Los principales medios de comunicación del país
aludieron el hecho del envío de 80 toneladas de rubros agrícolas y frutas a las
Antillas.
Desde la localidad La Vela de Coro del estado Falcón,
donde aquel 3 de agosto de 1806 el generalísimo Francisco de Miranda izó por
primera la bandera venezolana, dos pequeñas embarcaciones salieron con 80
toneladas de hortalizas y frutas hacia Aruba, bajo la coordinación de las
autoridades de la Isla.
Se trata de un hecho pequeño, aunque significativo,
que nos lleva a colocar la vista en el relanzamiento comercial y marítimo entre
Curazao, Aruba y Bonaire con Venezuela, el cual quedó en suspenso en 2018,
cuando ya se habían materializado las primeras reuniones ejecutivas.
Entonces Venezuela avanzaba en firme hacia el
establecimiento de un comercio transparente con Aruba, Bonaire y Curazao.
En esa oportunidad la meta de las partes consistía en
establecer un intercambio justo, transparente y legal. Por eso remarcamos como
significativo lo ocurrido el pasado domingo en La Vela de Coro, porque
pareciera constituir el renacimiento de esas conversaciones.
Se procuraba esa vez regularizar las actividades
propias del flujo comercial y establecer un intercambio de información que
permitiera expeditamente a las autoridades tener informes urgentes de las
situaciones extraordinarias o excepcionales que se pudieran registrarse.
Y si bien Curazao, Aruba y Bonaire pertenecen al Reino
de los Países Bajos, por tanto no son en estricto del Caribe, aunque
geográficamente estén anclados allí, serán impactados por otra noticia que se
anuncia en el horizonte: el resurgimiento de la Comunidad del Caribe: Caricom.
Y especialmente PetroCaribe. A ambas instituciones multilaterales sí pertenece
República Dominica.
Falcón es una de las principales zonas refinadoras del
petróleo venezolano y con perspectivas inmediatas del desarrollo de la
industria petroquímica. Este desarrollo tendrá impacto en Curazao, Aruba y
Bonaire, precisamente por la cercanía marítima.
Dicho de otra manera: el resurgimiento de la actividad
petrolera comercial de Venezuela tendrá incidencias formidables en todo el
Caribe, por lo inevitable del tránsito de las embarcaciones, que en adelante
deben apuntalar hacia Estados Unidos, por el dinamismo que viene teniendo
Chevron en la Faja Petrolífera venezolana.
Pero también porque la guerra entre Ucrania y Rusia ha
disminuido las órdenes de la compra de China para el petróleo venezolano.
De tal modo que como nunca antes el Caribe en su todo
pasa a ser epicentro de la actividad comercial de las principales reservas
petroleras del mundo, ubicadas en el Oriente venezolano.
La geoestrategia redefinirá a todo el conglomerado del
Caribe, que seguramente tendrá que ajustar sus visiones políticas para atender
y adecuarse a estas nuevas circunstancias que prometen redimensionar a todas
las islas situadas en el Mar Caribe.
El desarrollo pleno es ahora o nunca. Y todo comenzó
este domingo con dos pequeños barcos que llegaron a Aruba para dotar a sus
habitantes de frutas y verduras, pero también para anunciar la venida de unas
colosales perspectivas económicas vestidas de petróleo. Llevaron la piedra
refundacional.