Amada familia, pedí fuerzas a Dios y Él me contesto: siempre la has tenido… solo falta que te des cuenta.
Lo extraordinario de esto es que es igual para todos los seres de la creación. Procuremos darnos cuenta!
Debemos aprender a renunciar; saber despojarnos, de lo que nos daña y encontrar en nuestro interior las fortalezas que poseemos para lograr cosas positivas y exitosas, que nos permitan ganar el reino de los cielos… incluso, aquí en la tierra.
Oración:
Gracias, Señor, porque conociendo mi debilidad, aún así, me llamas a la santidad. Te suplico que mi oración me llene de confianza, no por mi esfuerzo o virtud, sino por tu inmensa misericordia, en tu compasión para conmigo y con tu gracia que hace que todo sea posible. Amén.
Abramos nuestros corazones a la gracia de Dios. Su actividad es tan constante en nosotros como el amanecer y el atardecer. Abrir el corazón no requiere esfuerzo, cuando nos entregamos a la luz. La gracia surge de manera natural. Sentimos calidez, aceptación y amor. Dejemos ir lo pasado y aceptemos más la actividad divina que, en el presente, nuestro buen Dios nos brinda constantemente. Feliz día.
Que el Buen Dios, nos ampare, bendiga y favorezca, por siempre.