Amada familia, la oración nos hace trascender lo que nos duele, lo que nos agita, lo que nos falta a nosotros mismos y nos ayuda a ponernos en la piel de los demás, calzando sus zapatos.
Con el tiempo, la vida nos enseña que, no a cualquiera, se puede llamar amigo. Las virtudes de solidaridad y lealtad, pocos las tienen, valorémoslos en base a esas premisas!
Bridemos hoy, por todos los nuestros.
Oración:
Señor, creo en tu Palabra, envía a tu Espíritu Consolador a guiar mi oración. Necesito de tu gracia para salir de mi mediocridad, mi cobardía y mi egoísmo, que endurecen mi corazón y me hacen perder la paz. Ayudame a reencontrar todas las cosas que me acercan a ti. Amen.
Mi certeza permanece en Dios, la única presencia y el único poder. Todo lo que necesito es un pequeño cambio de perspectiva para darme cuenta de que hay una realidad mayor. Profundizo mi relación con Dios por medio de la oración. Medito y presto atención, confiando en la práctica de pedir y recibir. Feliz día.
Que el Dios de la Paz, la Musericordia y el Amor, nos ampare, bendiga y favorezca, hoy y siempre.
