Querida familia, no perdamos el verdadero enfoque de la vida. Las pequeñas cosas, muchas veces, nos desvían y distraen del verdadero paisaje de las verdaderamente grandes que Dios tiene para nosotros. La felicidad consiste, no en lo que se posee; sino en lo que uno da. Aprendamos a apreciar lo que tenemos antes de que el tiempo nos enseñe a apreciar lo que tuvimos.
Oración:
SEÑOR, ¡cuánta seguridad me dan tus palabras! Has dado tu vida por mí y me esperas en la casa del Padre. Nunca permitas que pierda de vista la meta a la que me llamas. Fortaléceme a través de esta meditación para que pueda pasar de la divagación a la oración, de la oración a la acción y de la acción a ser un verdadero receptor de tu gracia y bendiciones. Amén.
Desistamos de pensamientos, ideas y hábitos que nos impiden disfrutar de la libertad que nos merecemos. Dejemos atrás el pasado y vivamos el presente. Las experiencias de fracasos o derrotas, que ya no nos detienen, nos guían al éxito, gracias al poder y la presencia de Dios en nosotros. Seamos libres para volver atrás y disfrutar del jardín de la vida. Feliz día.
Dios nos bendiga, proteja y favorezca infinitamente, a todos nosotros, hoy y siempre.