Querida familia, pidámosle a Dios que nos mantenga despiertos y atentos para que logremos el progreso que aspiramos y nos merecemos. Que nos dé la suficiente fortaleza para luchar por nuestro progreso, aceptando el sacrificio que sea necesario para conquistarlo.
Tres cosas que nos echan a perder: Mucho hablar y poco saber... Mucho gastar y poco tener... Mucho presumir y poco valer.
Tengamos sentido de nuestros propósitos, claridad en nuestros criterios y determinación para actuar, de manera que podamos lograr la dirección correcta de nuestras vidas.
Oración:
Dios mío y Señor mío, quiero encontrarme contigo en esta oración. Mis multiples caídas y debilidades, me apartan de Ti, pero confío en tu piedad y misericordia. Ven, Señor, ilumina esta meditación para prepararme a recibirte a plenitud, en mi pobre y débil corazón. Amén.
Aceptemos con alegría y esperanza, el ejemplo de Cristo: su máximo y ejemplar sacrificio para redimir a su pueblo. En los Evangelios leemos que disfrutaba socializar con la gente, así como también pasar tiempo solo en oración y silencio. Día a día, equilibraba, con maestría, sus experiencias internas y externas. Nosotros también, busquemos ese equilibro, para prepararnos con alegría, para aumentar el gozo de su presencia divina en cada una de nuestras vidas... «En tu presencia hay plenitud de gozo. -Salmo. 16:11». Feliz día.
Que nuestro buen Dios nos bendiga, ampare, favorezca y acompañe siempre, en nuestro peregrinar por la vida.







