Querida familia, la vida es actividad constante, movimiento y crecimiento. No desistamos de cambiar; por el contrario, seamos valientes, positivos, mantengamos un espíritu receptivo, una mente abierta y deseosa de aprender.
Cada día nos trae cosas buenas… siempre que estemos entrenados para verlas.
Cada nuevo amanecer, nos presenta la oportunidad de volver a comenzar, corregir nuestros errores y hacerlo mejor que ayer… si queremos.
Oración:
Señor, ciertamente no soy digno de tu Amor, por eso te pido ilumines este tiempo de oración para que sepa poner a un lado todo aquello que me separe de Ti. Necesito de tu fortaleza y tu guía, para enderezar mi camino. Háblame Señor, te escucho. Pero háblame fuerte, para saber que estas aquí conmigo, no quiero tener un alma fría, ser inconsciente, ni arrugado mi corazón. Quédate conmigo, ho Dios. Amén.
Mucha humildad te pido, mi Dios, para cumplir lo que me pides: que acepte tu palabra y haga de mi vida un ejemplo de piedad, amor y misericordia, como tú supiste hacerlo de modo ejemplar, aun a costa de tu vida.
Gracias, gracias, gracias... La abundancia infinita es nuestra en todo sentido.
Es natural dar de sí mismo, al recordar tu palabra y ejemplo: “dad y se os dará”. Elijamos participar plenamente en la circulación y bendición del bien abundante de Dios: dando generosamente y recibiendo con agradecimiento. Feliz día.
Padre Santo, danos la gracia de experimentar tu presencia. Llénanos de tu paz en este momento y haznos sentir amados, de tal manera que sepamos que podemos vencer toda dificultad y todo problema. Venga tu luz Señor! Bendícenos, ampáranos y favorécenos, hoy y siempre.
