Querida familia, renovemos nuestra energía interior, todos los días. Simplemente dediquemos unos momentos a reflexionar sobre la belleza y perfección de lo que ha creado Dios, para nuestro disfrute y satisfacción.
Oración:
Señor, conoces mi debilidad y mis faltas. Me postro ante Ti en esta oración, confortado por tu Evangelio que me confirma que, como a Pedro, a pesar de mis caídas, puedo confiar en que tu gracia y tu misericordia pueden obrar en mí una profunda conversión, que me dé la fuerza para saber renunciar a lo que me aparte de estar totalmente al servicio de tu Iglesia. Amén.
Respiremos lentamente y permitamos que nuestros cuerpos descansen. Sintamos el amor de Dios dentro de cada uno de nosotros, pero también percibámoslo de quienes nos apoyan. Feliz día.
Dios ampare, bendiga y favorezca por siempre, a todos y cada uno de los miembros de nuestra gran familia