WILLEMSTAD - Contrario a lo que opinan algunos críticos sobre el antiguo prostíbulo, el ex-director de Campo Alegre, Marlon Regales, asegura que Campo Alegre nunca fue participe de tráfico de personas.
Regales aclaró que eran las mismas trabajadoras sexuales quienes voluntariamente se ponían en contacto con Campo Alegre para informarse sobre los tramites que debían hacer para poder trabajar allí. Entre esos trámites, se les exigía una carta manuscrita en donde declaraban estar en pleno conocimiento del trabajo que realizarían a su llegada. Esto lo confirmaban también en una entrevista a la cual debían asistir en el Consulado del Reino, antes del viaje.
Ya en Curazao, las trabajadoras debían someterse a una serie de exámenes médicos cada dos semanas para asegurar que tuvieran un buen estado de salud.
Además, cada una era libre de retirarse en cualquier momento.
El tema sobre una posible re-apertura del centro nocturno ha ganado fuerza últimamente a raíz de un comentario hecho por un alto funcionario del gobierno.
