WILLEMSTAD - Varios ciudadanos venezolanos que retornaron a su país el pasado sábado en un vuelo de repatriación desde Curazao, denuncian haber tenido una amarga experiencia a su llegada al Aeropuerto de Maiquetía.
Según las normas establecidas por las autoridades del vecino país, aun cuando los viajeros deben presentar una prueba PCR negativa antes de subir al avión, también son obligados a someterse a una segunda prueba al llegar a Venezuela. La prueba les cuesta 60 dólares y el resultado deben esperarlo en confinamiento, ya sea en un refugio del estado o en un hotel indicado por el gobierno. Sea cual sea la opción, cada viajero debe costear sus gastos de cuarentena.
Fuentes en el aeropuerto de Maiquetía señalan que aun cuando la norma de hacer cuarentena nunca ha sido derogada oficialmente, la misma no se había acatado desde hace mucho tiempo. Esto hizo que muchos pasajeros quedaran sumamente sorprendidos al ser puestos en confinamiento a su llegada desde Curazao. De hecho, algunas fuentes sugieren que se trata de un funcionario en particular, que por razones desconocidas, solicitó que la norma sea aplicada específicamente para ese vuelo.
En efecto, los pasajeros afirman que esta vez fueron recibidos por funcionarios de la Guardia Nacional, y tras hacerse la segunda prueba anticovid, fueron llevados a un refugio no muy lejos del aeropuerto. "Solo unos pocos pudieron irse directo a sus hogares", indicaron testigos.
"Los guardias les ofrecían dejarlos salir a cambio de 1000 dólares" denunció uno de los familiares que esperaba en el aeropuerto. Según ellos, este habría sido el "negocio" que los motivó a aplicar la norma en esta ocasión.
Tomando en cuenta que la frontera entre Venezuela y las islas ABC continúa cerrada, el Gobierno de Curazao suele organizar estos vuelos de repatriación una vez al mes, conjuntamente con el Consulado de Venezuela, con la finalidad de dar a los venezolanos que se encuentran varados en la isla, una oportunidad de retornar a su país pagando un precio módico.