Amada familia, Siempre hay una primera vez, pero no siempre... una segunda oportunidad.
Aprendamos a distinguir entre las buenas y las malas... pero, no dejemos pasar las primeras... son bendiciones del cielo.
El egoísmo, la decidía y la indiferencia, ante el dolor ajeno, nos enfría el alma y ciega nuestra mirada.
Oración::
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, ven a esta oración y conviértela en el medio que me ayude a crecer en el amor que perdona, libra del mal y me aleja de la tentación. Amen.
Encuentro bendiciones en todas las facetas de mi vida. Aun ante desafíos, como el actual, percibo bienestar en mi salud, en mis esfuerzos creativos, en mi familia y hasta mis finanzas. Veo aceptación, bondad y otras cualidades positivas. Incluso, observo el bien que va a surgir de lo que nos acontece. Noto como la humanidad, afectada por esta pandemia, se une para reconstruir nuestras vidas y hogares y edificar la sociedad del futuro. Apreciar el bien levanta mi ánimo y, mi actitud positiva, alienta a otros. El poder multiplicador de la prosperidad obra y se expresa a través de mí ¡y todo está bien! <Que veas la prosperidad ... Todos los días de tu vida. -Salmo 128:5> . Feliz día.
Que nuestro Padre Celestial Misericordioso, nos ampare, bendiga y favorezca, infinitamente, ahora y siempre.