Amada familia, regocijémonos en hacer pequeñas cosas por los demás; dejemos que esas “pequeñeces” ocupen la mayor parte de nuestros corazones, así contribuiremos a la felicidad de quienes nos rodean y en retribución la felicidad siempre estará a nuestro lado.
No podremos conocer lo desconocido, si nos aferramos a lo que siempre hacemos. Tomemos de la mano a Dios y vayamos con El a buscarlo.
Oración:
Señor, dame sabiduría y amor para descubrir y actuar, buscando el bien de los demás, en las diversas situaciones de mi vida cotidiana. No permitas que mis cosas ocupaciones me impidan ver a quien necesita que me detenga a hablar con ella, para darle consuelo o simplemente regalarle una sonrisa. Amén.
Que todo lo que Dios ha creado encienda una chispa jubilosa en nuestros corazones. Si nos sentimos abatidos, meditemos acerca de la alegría de sentir a Dios. Momentos de reflexión, así sean cortos, traen alegría a nuestras vidas. Sintamos que su calidez fluye por todo nuestro ser. No podremos menos que sonreír, a medida que el gozo resplandezca en nuestro ser. Dios siempre estará presente en nuestro regocijo y sentiremos gratitud. «Estas cosas les he hablado, para que mi gozo esté en ustedes y su gozo sea completo. -Juan 15:11». . Feliz día.
Que nuestro Buen Dios, nos ampare, bendiga y favorezca, por siempre.