WILLEMSTAD
- En el marco de las políticas aplicadas por el Ministro de Justicia, Sr.
Quincy Girigorie, el Centro de Detención y Corrección de Curazao ha creado
oportunidades valiosas para sus reclusos. Esto también cuenta para los
indocumentados, considerando que también son personas.
En estos
momentos hay indocumentados recluidos en SDKK que en su mayoría han llegado a
Curazao en busca de una mejor calidad de vida. La mayoría ha llegado en grupos
grandes a bordo de botes o lanchas. Por razones ya conocidas, en estos momentos
hay muchos indocumentados que no pueden regresar a su país.
El tiempo
nos ha demostrado que muchas de las personas que están en el llamado "barak di ilegal" tienen mucho
talento natural, creando cosas prácticamente de la nada.
SDKK ha
estado notando los talentos artesanales de estos indocumentados. A fin de
ocuparlos en su tiempo libre de una forma más efectiva y eficiente, y también
con la intención de brindarles un consuelo en medio de la situación penosa en
la que se encuentran, se les ha facilitado el acceso a materiales que
normalmente son desechados, para que con estos puedan elaborar diferentes
objetos artesanales.
Conversando
con estos indocumentados, SDKK logró entender que en sus respectivos países, en
el proceso de formación, se puso especial énfasis en sus talentos naturales,
los cuales pueden ser utilizados particularmente en tiempos difíciles para
ganarse el sustento y el de sus familias. En la situación actual, estas
personas han utilizado estos conocimientos para mantenerse saludables
mentalmente, produciendo cosas creativas que los hacen sentirse un poco más
cerca de sus casas, del calor y el amor de sus países y de sus familiares que están
lejos. De esta forma aprovechan el tiempo que pasan en el "barak" de una forma positiva, y evitando
así que su actitud se deteriore debido al aislamiento.
Además de
esto, el período de Covid-19 les ha enseñado que la "nueva
normalidad" implica más desafíos. La vida cambió a un nivel que ellos
mismos no habían sospechado. Aun estando detenidos como "ilegales",
estas personas desean aportar un aliento positivo a la institución con sus talentos
y las obras que producen.
La vida que
estas personas pensaron que encontrarían en Curazao, también ha cambiado con la
llegada del Covid-19. Ahora, en vez de sentarse a reclamar, estresarse o tomar
actitudes inadecuadas, estas personas escogieron de manera colectiva un mejor
uso de su tiempo. Los elogios, la atención positiva y las palabras de estímulo
que han recibido por parte de SDKK les han dado fuerza para que, aun estando
lejos de sus familias y en estos tiempos, puedan mantenerse alegres, con fe y
agradecidos con el trato que han recibido durante su detención.
La manera
humilde como estas personas se sientan a conversar, trabajando cada uno en sus artesanías,
es un ejemplo de como en SDKK se pueden manejar los tiempos difíciles, en medio
de circunstancias que cambiaron fuera de nuestra voluntad. El hecho que ellos
puedan pasar su tiempo de detención de esta manera, podría ser un mensaje para
que abramos los ojos a lo que podría ser un futuro manejo. Ellos nos hacen
entrar en conciencia del potencial que tenemos en Curazao, y que nosotros
mismos no habíamos visto.
En todas
las sociedades donde se trabaja conscientemente en el desarrollo de un pueblo,
diferentes instrumentos de educación y formación deben ser empleados como base
para un desarrollo positivo y deseable. Es por eso que en el marco de la resocialización,
el Gobierno de Curazao sigue opinando que se debe otorgar a cada ciudadano,
tanto como sea posible, la oportunidad de desarrollar sus talentos y
habilidades naturales.
Adjunto se puede apreciar un barco hecho por uno de los indocumentados recluidos, el cual nombró en honor a su madre Mari del Carmen.