WILLEMSTAD – El
gobierno de los EE.UU. está reforzando su presencia militar en el Caribe,
en el marco de sus operaciones antinarcóticos. En Curazao, se
espera la llegada de cuatro aviones: Un E-3 Sentry (AWACS), un E-8 joint
(JSTARS) y dos aviones cisterna. Para la operación de estos equipos, llegarán
alrededor de 150 tripulantes y técnicos de mantenimiento.
Según el tratado
entre EE.UU. y el Reino de los Países Bajos firmado en marzo de 2000, las
aeronaves pueden operar desde las llamadas “F.O.L.” en Aruba y Curazao, para
fines de vigilancia y detección de actividades ligadas al narcotráfico. Los vuelos
deben realizarse sin armamento.
En varias
ocasiones, el primer ministro Rhuggenaath ha enfatizado que no se permitirá el
uso del territorio de Curazao para acciones que no sean para combatir el
narcotráfico.
A la llegada de
los militares estadounidenses, estos tendrán que cumplir con los protocolos
establecidos relacionados a la pandemia de Covid-19.